El mundo en el que vivo - Helen Keller


Helen Keller es un icono de superación sin parangón en la historia de la humanidad. Su historia es bien conocida y citada profusamente cuando las limitaciones personales arredran a quienes las sufren. También es un estímulo para quienes la apatía, la abulia y la desidia propenden a conformarse con una vida mecánina semejante a la otros seres vivos sin imaginación. Cito la imaginación pues es una de las características que Helen Keller apreciaba más después de los sentidos que mantenía en uso, y de la que esta obra, El mundo en el que vivo, hace una ferviente apolegética. LEER MÁS


Con menos de dos años Helen Keller perdió la vista y el oído, lo cual le impidió también hablar con normalidad. Sólo su profesora Anne Sullivan logró mediante el tacto sacarla de ese lugar en el que habitaba descrito por ella así:

Antes de que mi maestra llegara, yo no sabía que soy. Vivía en un mundo que no era un mundo. [...] Yo no sabía que sabía algo, cualquier cosa, o que vivía, actuaba o deseaba. No tenía voluntad ni intelecto.

Con gran tesón Helen no sólo fue capaz de comunicarse de un modo básico sino que descubrió un mundo de belleza mediante la creación percibida y la cultura aprehendida que llenó su corazón durante toda su vida llevándole a los más altos logros que ser humano con sus limitaciones haya conseguido. Esta obra que ahora publica Atalanta demuestra lo inmensamente culta, humana y razonable que llego a ser y sirve de acicate a quienes creen que es imposible la superación o a quienes piensan que quienes no tienes todos sus sentidos son seres incompletos.

A continuación citamos algunas de sus reflexiones. Disfruten y emociónense con esta impresionante obra.

Mientras no me den la oportunidad de escribir sobre cuestiones que no sean yo misma, el mundo continuará sin instrucción y privado de reformas.

Sobre conocer las cualidades de otros mediante el tacto: ¿Cómo consiguen acaso las descripciones que aparecen en los libros que leo, escritas por hombres que sí pueden ver, mostrar la fisionomía de un rostro? Leo que un rostro es adusto, afable, que denota paciencia e inteligencia; que es fino, dulce, noble, hermoso. ¿Acaso no tengo yo el mismo derecho a emplear estas palabras para expresar lo que siento que el que tenéis vosotros para describir lo que veis?

Sobre el lenguaje ‘políticamente correcto’ con los ciegos, tras leer que cierta revista para ellos dice “Prescindiremos de muchos poemas y cuentos en los que se alude al sentido de la vista,...., por que sólo sirven para acentuar la percepción que tiene el ciego de su aflicción”. Helen Keller dice: “ Es como decir que yo no debería hablar de hermosas mansiones ni de jardines magníficos por que soy pobre. No debería leer sobre París o las Indias Occidentales por que no puedo ver sus territorios en la realidad. No debería soñar con el cielo porque puede que no vaya nunca. Soy feliz cuando leo acerca de maravillas que únicamente los ojos pueden contemplar”

Pepe Rodríguez

FICHA DEL LIBRO

Título: El mundo en el que vivo |Autor: Helen Keller| Editorial: Atalanta | Páginas: 163 | Precio : 16€

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