El canibal - John Hawkes

Publicada en español parte de su obra a finales de los ochenta, no ha sido sino al cabo de veinte años que, con traducción de Jon Bilbao, hemos tenido acceso a la segunda novela de John Hawkes (Stamford, 1925 – Providence, 1998), La pata del escarabajo, reseñada el año pasado en esta página; y es ahora cuando nos llega, por mediación del mismo traductor, la primera de sus obras: El caníbal, concebida como ejercicio para un curso de creación literaria, y cuya publicación en 1949 removió el panorama de la narrativa tradicional americana, convirtiéndose en una de las obras fundacionales del posmodernismo americano, y siendo considerada por algunos entre las cien mejores novelas americanas del siglo XX. LEER MÁS

Sin llegar al experimentalismo de sus obras posteriores, negador de elementos habituales como el escenario, el argumento o la descripción de personajes, El caníbal aporta suficientes recursos formales alternativos como para, sin lastrar su lectura, desmarcarse de la narrativa de posguerra, aunque sea, sin embargo, el final de la contienda el que proporcione el apocalíptico paisaje de la obra.

En ella Hawkes nos sitúa en una ciudad de la Alemania devastada tras el final de la Segunda Guerra Mundial, con unos personajes derrotados que se mueven entre ruinas y escombros, trasuntos expresionistas de la ruina moral que los oprime, y que van convirtiendo el transcurso de los días en mera cuestión de supervivencia. Los personajes principales viven en un mismo edificio propiedad de la anciana Madame Snow, cuyo pasado aristocrático se nos revela en un amplio flashback que nos retrotrae al comienzo de la Gran Guerra y al enfervorecido entusiasmo de los habitantes de la ciudad, fervor patriótico que contrasta con el posterior silencio de los soldados heridos que, una vez asumida la derrota, van llenando incesantemente la estación a su regreso.

Entre los inquilinos del edificio, cuyas plantas parecen corresponderse alegóricamente con distintos estratos sociales, se encuentra Jutta, la hermana de la dueña y amante de Zizendorf, narrador y autoproclamado líder de la reconstrucción nacional, que tiene como objetivo prioritario atentar, con la ayuda de sus descerebrados acólitos, contra el ejército invasor encarnado en la figura de un motorista que atraviesa periódicamente la ciudad. En la segunda planta vive el duque, cuya persecución nocturna del hijo andrógino de Jutta atraviesa tanto la ciudad como la novela entera, y tiene en el paso por un cine abandonado y acosado por la humedad, uno de sus momentos más sugerentes. Como sugerente y onírica es la escena del baile en el cobertizo junto a las ruinas del psiquiátrico, cuyos grotescos participantes parecen salidos de un lienzo o un dibujo del Grosz más expresionista; así como la imagen del hotel de montaña atestado de crucifijos, o la visión del pantano cenagoso lleno de cadáveres y efectos militares en las afueras de la ciudad.

Es, finalmente, el recurrente resurgir del militarismo alemán, el hecho que pretende recrear aquí un Hawkes que, en aquellos años, estaba convencido, como más adelante reconocería, de las tendencias totalitarias del carácter alemán; pero es el paisaje espectral y sórdido en el que se inserta la acción de la novela, el que hace de su lectura toda una experiencia literaria.

Rafael Martín

FICHA DEL LIBRO

Título: El canibal | Autor: John Hawkes | Editorial: Libros del Silencio | Traducido por: Jon Bilbao | Páginas 256 | Precio 17€

Comentarios

Shorby ha dicho que…
Me encanta esta temática, me lo apunto =)

Besotes