Quieto - Serra, Màrius


Un amigo nuestro dice que quien se queda en B (sin hijos) nunca comprenderá del todo a A (padres de uno) ni a C (hijos de uno). Si esto realmente resulta complicado, más difícil es, incluso para quienes tenemos C comprender a quienes tienen una “c” diferente, diferente hasta el grado de Llullu, hijo del autor quien sólo tiene un quince por ciento de lo sus padres desearían. (más)

Afortunadamente tenemos testimonios de entrega y abnegación como los de la familia Serra, quienes a retazos, sin profundizar en el drama en sí, nos ofrecen vislumbres de las diferentes sensaciones que tener un hijo tan discapacitado puede producirles. Desde los deseos de sanación religiosa a la sanación magnética, pasando por el rechazo de quienes sólo y egoístamente piensan en sus “C” emperadores, o aquellos para quienes los llullus son estorbos en sus restaurantes, hasta el anhelo de llevar una vida familiar lo menos condicionada por la situación, los viajes por todo el mundo, las diferentes percepciones que del problema tienen en otros lugares, los leves progresos esperanzadores que al final no fructifican, los descorazonadores comienzos y los descorazonadores finales de otros que comparten criaturas tan especiales como su hijo.

Recuerdos e instantes especiales que brotan a la mente de Marius y que nos regala en un acto altruista para que usando la empatía por unas horas nos pongamos en sus zapatos y en las bambas de Lluis, a quien vemos correr desde la portada hasta el final gracias a los efectos fotográficos, y nos sintamos capaces de animar y dar fuerzas a quienes más allá de toda esperanza se esfuerzan por vivir y comprender a cualquier tipo de “C” o “c”.

Todo padre o madre o aspirante a serlo debería leerlo con sumo cuidado y atención, ya que sólo así uno o una comprenderá la maravillosa aventura de la paternidad o la maternidad en su sentido más pleno.

¡Ánimo familia Serra! ¡No desfallezcáis! ¡Seguid cuidando tan bien del Llullu!

RESEÑA OFICIAL DE LA EDITORIAL

Quieto cubre siete años en la vida de nuestro hijo Lluís Serra Pablo, alias Llullu, que nació con una grave encefalopatía, escribe el autor. La terminología médica dice «encefalopatía no filiada», el lenguaje popular «parálisis cerebral» y el lenguaje administrativo «discapacitado con grado de disminución del 85%». En casa, todas estas etiquetas cuentan poco. Lluís es nuestro segundo hijo. En Quieto he buscado explicar el ambivalente estado emocional que provoca tener un hijo que no progresa adecuadamente. Me ha parecido que la mejor manera de hacerlo era rescatar escenas fijadas en la memoria. Dorian Gray vendió su alma al diablo para poder ser, más que inmortal, invariable, mientras los estragos del tiempo iban modificando el retrato que había escondido en el sótano. Aquí se invierte el proceso. Nuestro hijo y todos los que son como él actúan de espejos. Todos los que nos miramos en ellos envejecemos de un modo distinto. Si Dorian Gray hubiese conocido a un Llullu habría aprendido a mirar en vez de querer ser mirado. A envejecer.


Ficha del Libro


Título: Quieto | Autor: Serra, Màrius | Editorial: Anagrama | Páginas 240 | Precio 15€

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