La cocina de Plinio - Francisco García Pavón y Miguel López Castanier

Del prólogo del editor

Le viene de tradición a la literatura policíaca española conjugar la acción con la buena mesa. Ahí están las recetas de Carvalho, el detective gourmet de Manuel Vázquez Montalbán. Tan injusto sería eludir su mención como no reconocer que, previamente, Francisco García Pavón ya había aproximado el crimen literario a los fogones en su serie dedicada a las investigaciones de Manuel González, alias Plinio, jefe de la Guardia Municipal de Tomelloso y primer detective de la novela española.

(más)
Y es que, hora es ya de reconocerlo, García Pavón, padre literario de Plinio, abrió todos los caminos del género policíaco autóctono, al igual que hizo Cervantes con la Novela con mayúsculas. Todo está ya apuntado o desarrollado en el Quijote, al igual que toda la literatura detectivesca
actual parece cimentada en las aventuras protagonizadas por Plinio y su inseparable don Lotario, una mezcla de doctor Watson —aunque don Lotario se quedó en veterinario— y de Sancho Panza, que hasta ahí llega la huella de Cervantes.

La escritora Sonia García Soubriet, hija de García Pavón, ha rastreado en la producción literaria de su padre —fundamentalmente entre las páginas dedicadas a Plinio— para hallar los platos que degustan o elaboran los personajes; manjares casi siempre ligados a la gastronomía rural manchega, con capital en Tomelloso. El resultado ha sido un recetario contundente y calórico, rico en proteínas y muy ligado a los protagonistas de la saga pliniesca. Aquí están las migas que tan sabiamente preparaba el cabo Maleza, los galianos a los que el abuelo de Plinio daba el punto mejor que nadie, los
vinos y quesos de Braulio el filósofo y, cómo no, los buñuelos de la Rocío, escoltados en el mostrador de su buñolería por los churros y las tortas de Alcázar.

El cocinero Miguel López Castanier, propietario del restaurante madrileño La
Taberna de Liria, se ha encargado de poner al día las recetas que complementan los textos literarios antologados. Miguel ha limado asperezas culinarias de otros tiempos en los que el colesterol gozaba de menor protagonismo y ha aportado siempre ese truco que busca la facilidad tan ansiada por el cocinero-lector, logrando que las recetas resulten y sepan igual o mejor que cuando salían de las manos del cabo Maleza o del propio
Plinio.

Se ha encargado de ilustrar La cocina de Plinio el maestro Kim, uno de los dibujantes indispensables para comprender la evolución del humor gráfico español de las últimas décadas, miembro fundador de El Jueves, en donde continúa publicando semanalmente la serie Martínez el Facha, un icono de imaginación y profesionalidad.

RESEÑA OFICIAL DE LA EDITORIAL

Antes de que Carvalho, el detective gourmet de Manuel Vázquez Montalbán, conjugase la acción con la buena mesa, Francisco García Pavón ya había aproximado el crimen literario a los fogones en su serie dedicada a las investigaciones de Manuel González, alias Plinio, jefe de la Guardia Municipal de Tomelloso y primer detective de la novela española. Aquí están las migas que tan sabiamente preparaba el cabo Maleza, los galianos a los que el abuelo de Plinio daba el punto mejor que nadie, los vinos y quesos de Braulio el filósofo y, cómo no, los buñuelos de la Rocío, escoltados en el mostrador de su buñolería por los churros y las tortas de Alcázar. El cocinero Miguel López Castanier se ha encargado de poner al día y de aligerar el colesterol de las recetas que García Pavón convirtió en literatura y el dibujante Kim se ha encargado de ilustrarlas, en la confianza de que sean muchos los lectores que se sienten a la mesa.


Ficha del Libro

Título: La cocina de Plinio Autor: Francisco García Pavón y Miguel López Castanier Editorial: Rey Lear Páginas: 144 Precio : 12,95€

Comentarios

Anonymous ha dicho que…
¿Y los precedentes de George Simenon y Johannes Hammell? Este último incluso incluía las recetas entre la acción de sus inclasificables libros... y por cierto, sobre el tema:
El libro de cocina de Hitchcock de Berndt SSchul; z; Las recetas de Madame Maigret, de Robert J. Courtine, con prólogo del mismísimo Simeno; La cocina del inconsciente, J. Hillman y Ch. Boer y el soberbio Íntimas suculencias de Laura Esquivel...