Estampas egipcias - José María Eça de Queirós

Si hubiéramos de recurrir al viejo ejemplo del escritor que porta su espejo y observa y reflexiona y narra lo que de tal experiencia del camino se deriva, el viaje como tal sería el gran referente, la gran verdad puesta a prueba en lo que hace a la memoria acumulada donde el viajero sería, sin duda, el protagonista principal.
Ahora bien, como contraste, en este punto es bueno acudir al filósofo (en este caso Jorge de Santayana) para recordar que: “El corazón humano es local y finito y tiene raíces; y si la inteligencia irradia de él, según su vigor, a distancias mayores y mayores, lo aprendido, de ser conservado, ha de ir a parar a ese centro”. LEER MÁS


Combinando, en fin, ambas consideraciones, habremos de convenir que lo uno y lo otro constituirían el mejor resultado esperado: corazón e inteligencia al servicio de la literatura, del viajero que, en su condición de escritor, nos hace llegar su capacidad de observador en el sentir, en el pensar. Por ejemplo, como cuando en este texto podemos leer:: “En la bahía había un vivir completo, como en una ciudad: bailes a bordo de los navíos, cenas, visitas intercambiadas, recepciones, paseos a remo, serenatas en las cubiertas. De todo esto salía una luz, un ruido, un fluido de vida poderosamente original”.

Un fluido de vida acaso sea la perfecta reseña de cuanto el viaje aporta, o ha de aportar. El viajero, el escritor, es un ser curioso, absorvente, que, de acuerdo a sus cualidades espirituales y a su formación, nos ha de transmitir la experiencia más allá de las propias raíces, del propio paisaje. Algo que, en el lector, tendrá la función no solo de enriquecer sus conocimientos sino, lo que es más importante, avivar su imaginación hasta el punto de, acaso, alcanzar el objetivo esencial de todo conocimiento, de toda cultura: propiciar un nuevo viajero.

Y todo comienza, o podría comenzar, de un modo tan sencillo como el siguiente: “Por la mañana avistamos una tierra baja, casi al nivel del mar. Era Egipto” Lo que es como decir: a partir de ahí está todo, incluso tú, lector, y los secretos de tu rica circunstancia, a la que sabiamente aludió el filósofo un día.

Ricardo Martínez http://www.ricardomartinez-conde.es/

FICHA DEL LIBRO

Título: Estampas egipcias | Autor: José María Eça de Queirós | Editorial: Impedimenta | Traducción de Martín López Vega | Páginas 192 | Precio 18,25€ |

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