Todo esto para qué - Lionel Shriver

A Lionel Shriver (Gastonia, Carolina del Norte, 1957) le gusta abordar temas difíciles. Si en Tenemos que hablar de Kevin cuestionaba un Sistema que no solo es incapaz de evitar que la maldad se desarrolle en un niño, sino que incluso abona el terreno para que eso ocurra, en Todo esto para qué nos enfrenta a la crueldad de la enfermedad, ya sea un cáncer mortal o una rara dolencia degenerativa que limita, en calidad y tiempo, la vida de un hijo. Pero lo hace, de nuevo, con ese tono combativo, lúcido e irónico que dignifica tanto a la madre de aquel monstruo como, ahora, a los que sufren, de forma directa o interpuesta, tan terribles enfermedades. LEER MÁS

Así, Shep Knacker, prototipo de ciudadano íntegro y responsable que paga sus impuestos, será quien atienda calladamente a su mujer, víctima del manejo de un material cancerígeno como el amianto, mientras, además, resuelve los problemas de su propia familia, incluida su detestable hermana y su noble padre, pastor presbiteriano como el de la misma Shriver, y lo hace a costa de hipotecar el sueño de toda su vida, para el que ha estado acumulando unos ahorros que ahora ve menguar de forma imparable. Y ese sueño no era otro que jubilarse aun joven y marcharse a un paraíso como la isla de Pemba, a vivir lo que él llama la Otra Vida.

Por otro lado, Jackson Burdina, compañero de Shep en una empresa de reparaciones domésticas, es quien, junto a su mujer, cuida de una hija adolescente cuya vida saben todos que no se prolongará mucho más allá de la veintena; y es, también, el encargado de despotricar contra un sistema impositivo que sangra a los honestos contribuyentes para favorecer a todo tipo de parásitos que proliferan tanto dentro de la propia Administración del Estado como a su sombra. Shriver también ataca aquí, de nuevo, a un sistema educativo sobreprotector que tiene como objetivo fundamental el refuerzo de la autoestima del alumnado en detrimento del desarrollo de sus capacidades, y que puede apelar para conseguirlo a recursos tan peregrinos como la exclusión del color rojo para corregir, por demasiado agresivo, o a la codificación de actitudes sobradamente conocidas bajo grandilocuentes denominaciones como “síndrome de déficit de atención”.

Pero sobre todo, la novela carga las tintas contra un Sistema Sanitario y de Seguridad Social que es capaz de inhibirse cuando más se le necesita, y en espacial contra las Compañías de Seguros Médicos que escatiman coberturas cuando no las niegan directamente, o cargan, mediante copagos de todo tipo, el peso de la factura sobre el asegurado, ejerciendo de mezquinos intermediarios entre el enfermo y el médico.

A Shriver le gusta, por otra parte, incluir ciertos personajes sobre los que el lector pueda descargar su adrenalina, como la egoísta hermana de Shep, el reaccionario e insensible jefe de la empresa de este, o la evangélica hermana de su mujer que aprovecha el postoperatorio para intentar convertirla. Y evita, en especial, el fácil sentimentalismo mostrando a unas enfermas nada dóciles o abnegadas, incluso cabreadas y resentidas con el mundo, aunque con posturas contrapuestas: la hija desahuciada no le ve sentido a continuar sufriendo, mientras que la esposa y madre se niega a abandonar la lucha.

En definitiva, un nuevo y controvertido ataque de la escritora norteamericana a un Sistema a todas luces injusto que se sostiene sobre la quimera de la igualdad de oportunidades y sobre la hipocresía de lo políticamente correcto, y que con la imposición de su globalizado pensamiento único pretende despojarnos hasta de “la ilusión de que en alguna parte hay una solución, una salida”, Otra Vida posible.

Rafael Martín

FICHA DEL LIBRO

Título: Todo esto para qué | Autor: Lionel Shriver | Editorial: Anagrama | Páginas 560 | Precio 24,90€ | Reseñado por : Rafael Martín

Comentarios