La dama de las camelias - Alexandre Dumas

Tenemos en nuestras manos un clásico, y además, disfrutamos de una bella edición cuidada hasta el más mínimo detalle, ilustrada con gran acierto y prologada por un texto de Maurois, que nos explica y aclara datos sobre el autor y su obra. Narra el autor el drama de una mujer aprisionada entre las convenciones sociales y la vida a la que se ha visto abocada por las circunstancias, la educación (o la carencia de ella), un desafortunado origen social y la vorágine que la arrastra y de la que le resulta difícil salir. Segura de morir joven, la bella Marguerite quiere aspirar la vida profundamente: se acostumbra al lujo, a la indiferencia ante el sexo y desprecio del amor, la vida social, las fiestas, ser mantenida por los hombres y vivir por encima de sus posibilidades, siempre en el presente, tratando de olvidar la enfermedad que la corroe y que acabará con ella antes incluso de marchitarse belleza y juventud. LEER MÁS

La novela ―escrita por Dumas a los veinticuatro años― nos cuenta, asimismo, una historia de amor pasional, con retazos autobiográficos; como toda pasión, lleva unido el drama. Armand Duval, joven caballero sin gran fortuna, sufre los dardos de Eros ante una bellísima cortesana de lujo, mantenida por un duque, deseada por muchos hombres, a los que ella concede sus favores según el capricho de cada día. La cortesana es Marguerite Gautier, llamada Dama de las Camelias por la costumbre y predilección de usar estas flores; tras un tiempo de juego amoroso distante y cauteloso, finalmente no puede evitar rendirse ante un Armand dispuesto a dejarlo todo por ella. Pero es difícil cambiar el destino; la vida que ha llevado hasta ese momento, y además, la tuberculosis que arrastra, agravada con el caótico torbellino cotidiano, todo ello determina la decisión que finalmente se ve abocada a tomar. Previsible final, pues, y no carente de intención moralizadora, a la vez que una defensa de la posibilidad de cambio en la vida de estas mujeres, condenadas al ostracismo social.

Pero lo novedoso de esta obra, pese al tema romántico: amor imposible, amor que lo rinde todo, celos, pasión...es la manera de narrarlo: completamente realista. Escueto en palabras y en descripciones, nos cuenta la historia desde un punto de vista externo: un narrador conoce por casualidad que una mujer ha muerto y se subastan sus bienes. A partir de esa curiosidad inicial, y la compra de un ejemplar de Manon Lescaut -un clásico francés sobre la vida de otra cortesana- con una breve nota manuscrita, el narrador entra en contacto con el enamorado de la bella fallecida, Armand Duval. Y Armand, deshecho de dolor, le cuenta, como una urgente necesidad de sacarlo fuera de sí, su tempestuosa relación con Marguerite. Y lo que desconoce el joven amante, la razón del abandono de la dama, lo relata el autor en un crudo texto, mezcla de carta y diario, escrito por la propia Marguerite antes de morir.

Dumas hijo tiene una escritura y un objetivo muy diferente al padre. El texto es crudísimo, despiadado, terrible, a la vez que muestra una inmensa pasión, admite la posibilidad de regeneración, la posibilidad de despertar al verdadero amor, al amor desinteresado y profundo. Pero asimismo hace ver que, a pesar de que ese amor se pueda dar, la sociedad de la época lo rechaza, fuerza a las jóvenes aquello que desprecia: la promiscuidad sexual, la deshonra de vivir mantenida, la vulgaridad del amor comprado. Marguerite cree soñar cuando descubre su capacidad de amar. Y es despertada de su sueño por la cruel realidad, la sociedad que impide limpiar una mancha, un cambio de estatus que trasponga las normas. Normas que, hipócritamente, permiten el amor comprado y no el amor desinteresado y en el fondo, puro. Dumas hijo tiene una intención moralizadora que no está presente en la obra de Dumas padre, un hombre que vivió una vida turbulenta y que el hijo rechazará. «Mi padre―cita Maurois a Dumas―es un niño grande que yo tuve cuando era muy pequeño». Padre e hijo enderezadores de entuertos, como dice Maurois en el prefacio, pero «mientras el padre las enderezaba con la espada, el hijo con sermones. Le gustaba crear figuras reflexivas que denunciaban los vicios de su tiempo». Además, durante el tiempo en que mantuvo una relación amorosa con la escritora George Sand, ésta le influyó para que tratase el tema femenino.

El autor, Alexandre Dumas (París,1824-1895), era hijo natural del autor de Los Tres Mosqueteros y una costurera, Marie Catherine Labay. Creció entre la educación formal de su madre y la admiración por un padre de vida amorosa turbulenta. Escritor internacionalmente conocido, fue autor de teatro y novela, aunque een una línea distinta a la de su padre. En 1844 conoció y amó a una cortesana, Marie Duplessis, cuya vida ―también murió de tuberculosis a los veintitrés años― le inspiró esta novela, en la que más tarde (1853) Verdi basó el libreto de su conocidísima ópera La Traviata. Y también fue llevada al cine por George Cukor, Camille, y protagonizada por Greta Garbo y Robert Taylor, en 1936.

Ariodante

FICHA DEL LIBRO

Título: La dama de las camelias | Autor:Alexandre Dumas | Editorial: Nocturna | Traducción: José Manuel Fajardo | Páginas 315 | Precio 18€ | Reseñado por Ariodante

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