La península - Julien Gracq

Esta novela, junto a El rey Cophetua (también editada por Nocturna), tiene como trasfondo el tema de la espera, ese tiempo muerto en el que suspendemos la acción y aguardamos la llegada de algo o alguien. De hecho, es un tiempo alargado, puesto que, al quedar en suspenso nuestra medida de él se transforma, se percibe de otro modo. Y es esa percepción la que Gracq intenta transmitirnos, en mi opinión, con gran maestría. Simon, un joven del que no se nos da apenas información, salvo que espera la llegada de su amada, Irmgard, para refugiarse durante unas vacaciones en tierras de Bretaña, junto al mar, en unos parajes donde al parecer, el protagonista a lo largo de su monólogo interior, reconoce haber vivido de niño. Lo que recuerda, pues, son, sobre todo olores, imágenes, sonidos, sensualidades pasadas, emociones y ensoñaciones. LEER MÁS


«Cayó en la cuenta de que había en el reencuentro con un paisaje marino familiar algo más absorbente que en el hecho de ver de nuevo la campiña; no ya la ternura ante lo que velaba allí por uno sin ceder el sitio, tan fielmente; más bien, la sorpresa de un mecanismo delicado, singular, abandonado veinte años atrás y que sigue funcionando » (pág 69). El tren de Irmgard llegará por la noche, y Simon dispone desde el mediodía de tiempo para esperarla. No tiene nada que hacer, o mejor, no desea hacer especialmente nada, salvo esperar. Y decide conducir el automóvil por la comarca y llegar al hotel donde van a instalarse, anticipándose a su amada, imaginando el reencuentro, recordando, a su vez, encuentros pasados, sensualidades olvidadas que afloran de nuevo.«El final de la carretera, ―el país― el mar. “He nacido dos veces” pensó, conmovido» (pág.63)

Como en el caso de Proust, en esta novela el tiempo se alarga indefinidamente. La tarde no acaba nunca, el paseo extiende el atardecer y la llegada de la noche se percibe como algo casi inesperado. El reencuentro con los lugares de la infancia provoca en Simon sensaciones contrapuestas. Se demora el autor en describir los paisajes bretones, loa campos, las marismas, el perfume a hierbas y matojos, las aldeas, iglesuelas y casonas, así como algún que otro viandante, y al llegar junto al mar, algunos turistas. El verano está acabado y comienza levemente el otoño, con el amarillo de las hojas y el olor a heno húmedo. Esa sensación de soledad, aislamiento, por otra parte deseado, en la que percibimos el paisaje vacío, y casi olemos el otoño. En palabras del protagonista: «Por primera vez, reavivado por el perfume áspero y exaltante de aquella deriva algo azorada de su itinerario, se percataba de que la noche le traía a Irmgard, le acercaba a él tan firme y enhiesta como una orilla. Todo se había vuelto sencillo y seguro» (pág. 87). En resumen, una obra llena de placidez, de lasitud, un texto para recrearse en el paso del tiempo y en los recuerdos, así como del goce simple y llano de la naturaleza.

Julien Gracq (Saint-Florent-le-Vieil, 1910-Angers, 2007), es el pseudónimo de Louis Poirier, escritor francés que tras licenciarse en Políticas ejerció como profesor de Historia y Geografía en diversos institutos. Cercano espiritualmente a Kafka, por una parte, a Buzzati, por otra, y sobre todo, a Proust, es un autor inclasificable que se parece a sí mismo, que es el mejor elogio que podemos hacerle a un artista. Gracq, que eligió ese seudónimo por considerarlo estéticamente relevante, por su sonoridad, conoció a Breton en los años 30 y fue introducido al surrealismo, como también lo fue al Partido Comunista francés, del que abandonó pronto sus filas, en cuanto comprobó las poco recomendables costumbres de Stalin. La fama le llegó con el rompedor artículo La litterature à l’estomac, en la que criticaba los premios literarios y la devaluación comercial de la literatura. De hecho, en 1951 rechazó el premio Goncourt que le fue concedido ese año por su novela El mar de las sirtes, que considero su obra más inquietante y profunda.

Ariodante

FICHA DEL LIBRO

Título: La península | Autor: Julien Gracq | Editorial: Nocturna | Traducción: Julià de Jódar | Páginas 136 Precio 14€ | Reseñado por Ariodante

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