Esto empieza a doler - James Lasdun

Nacido en Londres en 1958, James Lasdun vive en Nueva York, y entre ambas ciudades y ambas culturas se mueven los relatos de este estupendo volumen, uno de esos que da pena terminar porque dentro de cada texto podemos encontrar una sorpresa inesperada o un sentimiento conocido, la fragilidad de algún personaje o la actitud calculadora e insensible de otro, una explosiva epifanía o toda la tristeza y perplejidad que encierran los recuerdos de proyectos nunca realizados. Es, pues, una elegante disección de la naturaleza humana que no hace sino dejar al descubierto nuestro atenazante miedo a la felicidad. LEER MÁS


Usa Lasdun, con algunas variantes, un esquema común en algunos de los relatos: un sentimiento de culpa antecede o es simultáneo a una sensación de desgracia o amenaza que, después de un episodio de eufórica revelación, deviene en desilusión, en retorno decepcionado. Así, en el que abre el volumen, ‘Un hombre angustiado’, el sentimiento de culpa del protagonista por las pérdidas que está sufriendo al no gestionar adecuadamente sus modestas inversiones en bolsa, junto a cierta debilidad de carácter, le hacen sentir que está siendo castigado con la desaparición de su hija.

De forma similar, en ‘El incalculable gesto de la vida’, a la conciencia culpable por la posibilidad de desahucio de su propia hermana se le unen al protagonista la preocupación por un posible diagnóstico de cáncer y la culpa derivada de la propia enfermedad. Más simbólicos son ‘Limpieza’, cuyo título hace referencia a la redención final del personaje principal, y sobre todo ‘Anales del secretario honorario’, kafkiano en su indefinición, y en el que las sorprendentes actuaciones del nuevo miembro de una especie de club espiritista, crea en el narrador “la excitante impresión, cada vez más rara a medida que uno se hace mayor, de que le ha sido revelado algo absolutamente nuevo”.

Complementarios parecen ‘Lima en adobo’ y el que da nombre al volumen, transmitiendo ambos, ante desarrollos opuestas, similar sensación de fracaso. En el primero, el narrador es invitado junto con su novia a un restaurante por el padre de esta, con la intención de presentarles a su amiga, presencia que les resulta a aquellos tan poco apetecible como el condimento indio al que hace referencia el título. En el segundo, de tan solo tres páginas, es, sin embargo, la ruptura el desenlace que la amante impondrá a la relación.

‘Oh muerte’ tiene un aire de cuento sureño en el que las pasiones desatadas por la resurrección del pasado son tan devastadoras como catástrofes naturales, y dejan a su paso tanta desolación como aquellas. La huella de un animal se erige, aquí, en símbolo de lo incontrolable que acecha, como el pasado no clausurado. Y es la naturaleza, también, el marco en el que se desarrolla la última narración: ‘Orugas’, cuyo protagonista hace uso de un ecologismo fundamentalista para justificar su misantropía, y en el que, como en el primer relato, la actitud culpable del padre va unida a la preocupación por el hijo.

No podemos, en definitiva, dejar de subscribir, respecto a estos dieciséis textos, el comentario de Raymond Carver a propósito de sus relatos preferidos: “De vez en cuando, puede que alguien asocie algo de lo que le pasa con lo que ha leído aquí. Si la escritura o la lectura no sirven para algo así, ¿de qué estamos hablando?”.

Rafael Martín

FICHA DEL LIBRO

Título: Esto empieza a doler | Autor: James Lasdun | Editorial: Duomo Ediciones | Páginas 294 | Precio 18,50€ | Reseñado por Rafael Martín

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