Un granizado de café con nata - Alessandra Lavagnino

La primera reflexión, en cierto modo alejada de lo estrictamente artístico, que se puede extraer tras leer Un granizado de café con nata es la confirmación de que hay un buen número de autores desconocidos e inéditos en nuestro mercado que poseen discursos y formas mucho más interesantes, en ocasiones, que el de nombres ya consagrados y habituales en las estanterías. De igual manera hay que agradecer a editoriales como Errata Naturae su labor de desempolvar esos pequeños secretos.

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Bastaría con leer las primeras páginas de esta novela para darse cuenta de la forma tan rotunda con la que está escrita. Se trata de una prosa profunda, elegante, en la que a la vez se intuyen formas de parlamento moral, intriga e incluso un tono de ensoñación o recordatorio. De hecho la forma que toma es algo parecido a una carta en la que se trata de explicar una serie de sucesos y su contextualización.

Puede llamar la atención el hecho de que Alessandra Lavagnino haya compaginado su escritura de novelas con obras divulgativas relacionadas con su profesión de profesora de Parasitología y experta en insectos, conocimientos que estarán plasmados, y perfectamente integrados, en esta novela. Quizás incluso, esta dedicación tenga algo de influencia en su forma de escribir, muchas veces meticulosa y con afán diseccionador.

Uno de los máximos valedores o promotores de esta novela ha sido Leonardo Sciascia (también realiza el epílogo, que por cierto tiene entidad propia), tanto es así que el siciliano insistió para que la obra fuera editada. Viendo el resultado es más que entendible su interés, más todavía al comprobar que hay ciertos paralelismos entre ambos creadores, sobre todo en esa necesidad de “desenmascarar” a la sociedad italiana y rebuscar en su interior.

La novela cuenta la historia de Ágata, una mujer que tras sufrir un accidente toma la opción de decir la verdad de lo que ve y lo que siente, con la pertinente reflexión sobre lo que ha sido su existencia. Un recorrido que de alguna forma recuerda al utilizado por el protagonista de “La conciencia de Zeno”, de Italo Svevo, aunque en esa ocasión era una terapia para dejar de fumar era el detonante.

La determinación emprendida por la mujer tendrá funestas consecuencias en su entorno y por ende en su propia vida, ya que esa renuncia a la mentira trae como consecuencia la asunción de su propia vida y el rol que desempeña, lo que deja a las claras la coacción, e incluso represión, que ha vivido por medio de los hábitos sociales, culturales o familiares. Sugerente, respecto a esta reflexión, la labor que desempeña la protagonista en un laboratorio cuidando y modificando/estudiando la vida de moscas, en lo que se convierte en una perfecta metáfora, muy similar en cuanto a concepto a la afición de Norman Bates en “Psicosis”.

Un detalle importante es que el libro está contado desde el punto de vista femenino y son precisamente los personajes de este sexo los que de manera más contundente sufren esa distribución de papeles. Relatado a modo de confesión y en un gran flashback, la protagonista, en definitiva, relata tanto la mala conciencia que irá acumulando por el cambio que sufre su vida y la relación con los que la rodean, como por la frustración y desesperación que le producen los descubrimientos que hace.

Quizás tenga razón la frase bíblica al afirmar que “la verdad os hará libres”, pero lo que parece obviar es que en casi todas las ocasiones las mentiras, de forma más o menos flagrante, condicionan nuestro ser, nuestras relaciones y por tanto la misma sociedad y sus estructuras. Querer saltarse ese dominio, o como mínimo cuestionarlo, es una tarea dura y con una consecuencias dramáticas.

Kepa Arbizu

FICHA DEL LIBRO


Título: Un granizado de café con nata | Autor: Alessandra Lavagnino | Editorial: Errata Naturae | Páginas: 176 | Precio : 17,50€ | Reseñado por : Kepa Arbizu

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