Abandonarse a la pasión - Hiromi Kawakami

Tras acabar de leer el libro sentimos en el paladar un fuerte regusto agridulce. Es como la sensación de habernos asomado a la vida y rutinas de personas, de parejas, cuyas vidas desconocemos, y que tan sólo sabemos lo que las breves líneas de sus historias nos desvelan. Queremos saber más pero el secreto permanece. Nos preguntamos cómo es posible sentir esas vidas tan cercanas siendo tan distintas, extrañas, y aisladas.
Hiromi Kawakami (Tokio, 1958) estudió Ciencias naturales y fue profesora de Biología hasta que en 1994 apareció su primera novela. Sus libros han recibido los más reputados premios literarios, que la han convertido en una de las escritoras japonesas más leídas. Se palpan dos similitudes entre las 8 historias que nos narra Kawakami . La primera es la violencia, algunas veces física, otras veces psicológica. A veces incluso es una violencia intimidatoria, de palabras que nos dan un empujón, pero que han sido prácticamente buscadas por la otra parte. Como una violencia suplicada. La segunda de las similitudes es la soledad, aun estando en pareja. Porque una pareja la componen dos almas, y puede ocurrir que, al menos, una de ellas se sienta sola. LEER MÁS

Sorprende especialmente los títulos para cada una de las historias, tan representativos y tan minuciosamente escogidos. Tras leer el primer relato, Lluvia fina, casi podemos sentir esas minúsculas gotitas cayendo encima de nuestro cuerpo, mientras estamos en el mismo lugar que la protagonista.

Con el segundo relato, “Abandonarse a la pasión”, narra precisamente el abandono por parte de ella de todo control propio, dejándose llevar por él, por su pareja. Él es fuerte y no tiene miedo, o al menos eso trata de aparentar, pues al final de la historia lo vemos flaquear, lo vemos humano.
Con “El canto de la Tortuga”, tercer relato, imagino a una tortuga chillar con un pitido agudo desquiciante, y con el agregado de que sólo yo puedo oírlo. Es realmente estresante. Posiblemente la que chilla por dentro es ella, la protagonista, cada vez que él la maltrata. Quizás el grito quiere decir “huye” en un idioma que nuestra protagonista no quiere entender, y por eso dice que “chilla”.

“Pobrecita”, es justo lo que quiere que sintamos hacia la protagonista en sus estridentes relaciones sexuales. Su primera escena sobre el tatami es gráfica a más no poder. En “El pavo real”, un pavo representa los miedos más secretos que ni nosotros mismos vemos. Ella fue violada, sin embargo se plantea si aquel suceso fue “de mutuo acuerdo”. Dice que tiene miedo, miedo sobre todo a no saber lo que teme.

“Cien años” nos narra un suicidio de una pareja en la que ella muere y él sobrevive. Parece que ella, omnipresente, observa desde algún lugar de todo lo que ocurre, pero ya al final, cuando dice “puesto que cuando mueres te quedas vacío por dentro, puede que mis pensamientos, en realidad, ya no existan” no podemos evitar preguntarnos ¿y si ella está viva –lo que explicaría sus pensamientos- pero está muerta “por dentro”?...

“El insecto Dios”, historia de una relación amorosa apoyada básicamente en el sexo puro y duro. El miedo vuelve a aparecer, mezclado con otros sentimientos. El insecto dorado lo son todos, con sus miedos y vulnerabilidades, y el insecto Dios es el ser mítico e irrepetible. Aquí relaciona estrechamente el plato de tripas –el arte culinario- con ser un amante insaciable, algo que en la cultura oriental es típico.

Y el broche final lo pone “Avidya”, relato en el cual una pareja de enamorados encuentra el amor de verdad, pero éste es prohibido y rechazado por todos, pues ellos ya tienen pareja. Deciden huir de todo y todos y vivirlo, pero son “castigados” en la inmortalidad. Hacen cosas con normalidad, como si vivieran, tienen problemas típicos de pareja que envejece a la vez, sólo que son siglos lo que se supone les separa del momento en que se enamoraron.

En definitiva, son pequeños cuentos, con un ritmo suave pero nada lento, que invitan a abandonarse a su lectura, abandonarse a la pasión de quienes viven esas vidas en estas páginas, a simplemente leer dejándonos llevar. La experiencia, como dije al principio es agridulce. Agria por las miserias que nos deja entrever, dulce porque al fin y al cabo, son historia de amor, y qué amor no es si no dulce.

Alexandra Shibami

FICHA DEL LIBRO

Título: Abandonarse a la pasión | Autor: Hiromi Kawakami | Traducción: Marina Bornas Montaña | Editorial: Acantilado | Páginas: 128 | Precio : 16€ | Reseñado por: Alexandra |

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