Próxima estación: final de trayecto - Romain Gary

Cuando uno pasa de los cincuenta, ya no bromea con este asunto del amor. Sobre todo si uno se llama Jacques Rainier, y descubre con temor que el sexo ya no es lo que era, y que los negocios no van bien: el ímpetu financiero, indicio de virilidad, se apaga lenta pero inexorablemente. Y ¿qué demonios pasa entonces cuando uno se enamora de una joven, jovencísima brasileña que responde al nombre de Laura? Peor todavía, ¿qué ocurre si ese sentimiento parece mutuo? No queda otra: hay que valerse de astucias, consultar a médicos especializados en hacernos recobrar la potencia de nuestros veinte años, fantasear a solas o en compañía. Todo, antes que darse por vencido. Como es imposible la amistad entre hombres y mujeres (así parece afirmarlo al menos el protagonista de este libro), el hecho de satisfacer a una señorita entre las sábanas se convierte en una cuestión de honor. (leer más)

Novela cómica, trágica, romántica: este libro de Romain Gary es todo eso, mezclado y agitado. Es, también, una de las confesiones sobre el declive físico más sinceras y crudas de la historia de la literatura. Al principio hay humor, mucho humor, al más puro estilo Romain Gary/Émile Ajar. Vemos deambular por la novela a varios personajes grotescos, que intentan compensar su evidente decrepitud realizando absurdas demostraciones de fuerza. Pero la risa no es más que una máscara, y esta se quiebra a medida que avanza el relato, dejando entrever una realidad amarga: la de la fatalidad y el fracaso. La ironía sigue presente, desde luego, pero el tono se vuelve menos claro, más desilusionado y amargo. El humor se une a la tragedia: los asuntos de cama pueden ser objeto de las bromas más ligeras, pero son también, para el protagonista, fuente de una angustia incesante, centro de todas sus preocupaciones. Romain Gary tiene el don de saber hablar de estas cosas con un tono exacto, que nunca chirría.

Como decíamos, Rainier es un importante hombre de negocios a punto de perder su hombría. Es un hombre maduro que parece tenerlo todo : ha ganado la guerra, se ha enriquecido durante los Treinta Gloriosos (la novela transcurre durante la primera crisis del petróleo), posee prestigio, dinero, familia, relaciones sociales, y por supuesto, mujeres. Jacques Rainier, el infeliz protagonista de nuestra historia, es alguien que nunca ha tenido dificultades para ejercer sus dotes de seducción. Pese a tener casi sesenta años, sigue siendo atractivo y elegante. Parece tenerlo todo, sí, pero ha perdido lo esencial: su brío viril. Tras las confesiones angustiadas de un amigo obsesionado con el mito de la virilidad, el miedo del declive sexual se insinúa en él, invasivo y destructor. Y este declive se hace efectivo, y condiciona el resto. Además de esta decadencia física, Rainier tiene dificultades en los negocios, pero esto no es más que un acontecimiento secundario, una consecuencia derivada de la degeneración suprema: la de su masculinidad.

El monólogo interior del personaje oscila entre el ocaso del mundo, el de sus negocios y el de su vida conyugal. De pronto y sin avisar, nace el temor de no poder satisfacer a Laura, su joven amante. Mientras intenta salvar su patrimonio financiero, codiciado por un temible adversario, Jacques recurre a distintos métodos para intentar paliar la tragedia: consultas psiquiátricas, estimulaciones por voyeurismo y un largo etcétera. Sabe que la decadencia en materia sexual no hace más que anunciar la del cuerpo. El drama de nuestro héroe consiste en que su espíritu sigue joven, aprisionado en un cuerpo que se marchita, pese a negarse a aceptar la vejez: su trauma se agrava y afloran pensamientos suicidas...

No obstante, Próxima estación: final de trayecto no es sólo el relato de un naufragio: es también una hermosa historia de amor, llena de ternura y deseo. La tragedia de Rainier consiste en haber esperado toda la vida para conocer al fin la verdadera pasión, y comprobar entonces que su relación va envenenándose paulatinamente, por culpa de su decadencia física.

Página tras página, Gary nos atrapa a fuerza de sobrentendidos, de guiños humorísticos, de boutades tiernas y subidas de tono. El título es metafórico, evidentemente : ese final de trayecto al que se alude no es más que el final de la vida sexual del protagonista, la última estación del placer. El arte de hacer reír con las pequeñas (o no tan pequeñas) preocupaciones que surgen con la edad está perfectamente dominado por Romain Gary.

Pocas han sido las obras que tratan sin rodeos el tema de la impotencia masculina, al menos de forma tan directa. De hecho, el libro hizo correr ríos de tinta en el momento de su publicación en Francia, en 1975, y resulta difícil no ver en el protagonista algunos rasgos propios del autor…
Conclusión: la Torre de Pisa ya no se alzará, enhiesta y perfecta, formando un glorioso ángulo de 90 grados. Tampoco lo hará el miembro de Rainier, quien ha alcanzado la edad en la que el declive de la próstata implica el declive del universo entero (¡sic!). Próxima estación : final de trayecto es una novela muy recomendable, en la que Gary escribe con elegancia y sinceridad sobre el amor, el sexo, el orgullo masculino y la torpeza femenina, décadas antes de que apareciera esa pildorita azul que revolucionó las sábanas de más de uno.

Elisabeth Falomir

Ficha del Libro

Título: Próxima estación: final de trayecto | Autor: Romain Gary | Editorial: Demipage| Páginas: 120 | Precio : 16€ |

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
la verdad es que algunos estamos entrando en la proxima estacion. es dificil sobrellevar el pellizco de llegar a algo desconocido.
Muchas son las actitudes y alguna esperanzas de que a ti te llegue muy tarde, que tengas aun mucho recorrido.
Disimular unas veces, otras luchar:
No darse por vencido. para llegar al color "azul".
En fin la leere